Boeing se ha llevado una enorme tajada del mercado asiático y ha conseguido un pedido por valor de 10.000 millones de euros para suministrar no menos de 100 aeronaves del modelo B737 Max a la única aerolínea privada de Vietnam, VietJet Aviation.
La operadora de bajo coste aprovechó la visita al país del mandatario de Estados Unidos, Barack Obama, para anunciar este espaldarazo a la fabricante estadounidense precisamente el mismo día en que los presidentes de ambos países anunciaban el fin del embargo de la venta de armas.
El anuncio de VietJet es un doble golpe a Airbus porque, hasta ahora, esta emergente aerolínea sólo contaba en su parque con aparatos de la fabricante europea.
Y es que es poco frecuente que las compañías de bajo coste cambien de la noche a la manaña de proveedor, puesto que al extender sus flotas con uno o dos modelos de un solo fabricante consiguen estandarizarlas y obtienen economías en el mantenimiento y en la habilitación de pilotos.
Los nuevos B737 comenzarán a ser entregados en 2019 y el importe total del contrato no ha sido revelado, aunque de acuerdo al precio de catálogo -suelen concederse descuentos por volumen- podría ascender a unos 10.000 millones de euros.
Pierde una batalla, no la guerra
“Es una sorpresa considerable. Pero aunque nunca quieres perder un cliente, la región está llena de aerolíneas de bajo coste, así que habrá nuevas batallas para ver quién se hace con este mercado, y Airbus no está todavía fuera de la guerra”, afirma George Ferguson, analista de Bloomberg Intelligence.
Airbus no ha querido comentar este espaldarazo a la estadounidense y asegura que siguen contando a VietJet como uno de sus clientes de la familia de aviones A320.
En cuanto a la variante Max del B737, voló por primera vez el pasado enero y es uno de los aparatos preferidos por la reina del bajo coste, la irlandesa Ryanair. Gracias a su interior poco confortable es capaz de transportar a unas 200 personas en un aparato de fuselaje estrecho.