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Iberia inicia su ajuste voluntario para bajar a 15.000 empleados

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La segunda vuelta del ajuste de empleo en Iberia ha empezado con la oferta de bajas voluntarias entre el colectivo de servicios en tierra y la apertura de las prejubilaciones. El ERE voluntario tiene un objetivo de 1.427 trabajadores e incide en el adelgazamiento de la compañía tras los 3.141 despidos incluidos en el Plan de Transformación de noviembre de 2012, que salieron adelante tras un proceso de mediación obligatoria para zanjar las huelgas. Iberia tenía 20.500 personas en plantilla hace dos años, cerró el pasado mes de septiembre con 18.000 y el objetivo de la actual dirección es dejarla en el entorno de los 15.000 empleados.

La cifra final dependerá de varios efectos hoy imprevisibles. La plantilla, explican fuentes de la compañía, depende de la evolución de la demanda y nivel de producción que Iberia sea capaz de asumir, y de la marcha de los negocios de mantenimiento y handling.

Por un lado, la aerolínea del holding IAG ha retomado recientes rutas a Montevideo y Santo Domingo, pero no prevé anunciar nuevos destinos en el corto plazo pese a que el análisis de oportunidades incluye incluso África y Asia. Una de las claves de futuro para la empresa reside en la entrada de 16 nuevos aviones Airbus 330 y 350 entre 2015 y 2018.

En cuanto al handling, el equipo dependerá de que Iberia logre mantener las 22 licencias que actualmente tiene con Aena. La empresa que preside Luis Gallego decidió presentarse a la renovación de todas ellas tras alcanzar un acuerdo que rebaja los costes laborales. De perder licencias, el personal sería subrogado por los nuevos operadores e Iberia los descontaría de su nómina.

Condiciones del pasado

El nuevo ERE que empieza a ejecutarse en Iberia ofrece indemnizaciones de 35 días por año trabajado a los voluntarios, con límite de 30 mensualidades. Se iguala de este modo la compensación de los despedidos del Plan de Transformación.

Mejoran las recolocaciones diferidas, con cinco años de plazo para volver (antes eran dos), y empeoran un 14% las prejubilaciones. En este último caso, los de tierra se van con el 80% del salario y los pilotos con el 30%.

El ERE voluntario emana de los acuerdos de productividad y costes firmados con los distintos colectivos de empleados en el arranque del ejercicio. Por entonces, Iberia se comprometió a que las bajas fueran voluntarias, a incluir prejubilaciones y recolocaciones diferidas, así como a mantener las condiciones del que fue ERE marco en la compañía, el 72/01, que incluye entre sus líneas el pago de 35 días por año trabajado a quienes quieran salir de la aerolínea.

El recorte va dirigido a un máximo de 244 pilotos y 1.183 trabajadores de tierra. Los 154 tripulantes de cabina de pasajeros previstos no pueden apuntarse al ERE al no haberse alcanzado un pacto entre dirección y sindicatos sobre las condiciones del mismo. No obstante, los representantes de este último colectivo aún podrían intentar entrar en el acuerdo a la vista de que entre 2015 y 2017 habrá 260 TCP en edad de prejubilarse y que tendrán que hacerlo a través de exclusiones especiales, con peores condiciones frente al ERE. Sitcpla y CC OO estuvieron por el acuerdo con la empresa, mientras UGT y Stavla votaron en contra.

Los costes laborales de Iberia (24% del total) rozan los 1.000 millones anuales. Las distintas medidas tomadas por la compañía, con el Plan de Transformación y ahora con el Plan de Futuro, buscan reducir el coste unitario de plantilla un 28% en 2018 respecto a las cifras de 2012, cuando la aerolínea perdía un millón al día.

 

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