El sector de los helicópteros engloba en torno a 5.000 empleos directos en España, pero aun así es el “gran desconocido” de la industria aeronáutica nacional, según indicó Licinio Navarro, director de Mantenimiento de la compañía Inaer, en una ponencia en el II curso sobre Grandes Retos de la Aeronáutica en el siglo XXI que se desarrolla en la Universidad de Verano de Teruel (UVT).
El responsable de Inaer expuso ante los participantes el desarrollo de este tipo de aeronaves en trabajos aéreos, casi siempre en “sectores muy críticos” como extinción de incendios, transporte de emergencias o rescates.
La compañía gestiona en Aragón los helicópteros de extinción de incendios forestales y el transporte aéreo medicalizado del 112, este último con una base en el aeropuerto de Teruel, donde Inaer dispone de hangar propio.
Como responsable de Mantenimiento, Navarro tiene a su cargo una flota de entre 150 y 200 aparatos, en función de la época del año, y un equipo de unos 600 trabajadores, entre mecánicos, auxiliares e ingenieros.
El sector de los helicópteros abarca a compañías operadoras especializadas en distintos servicios y a una industria de apoyo que comprende a fabricantes y suministradores. “Todo ello engloba unos 5.000 empleos”, comentó el representante de Inaer, quien cifró en unos 500 el número de aeronaves de este tipo que “se mueven” en el país.
Entre las actividades del sector destacó las vinculadas a emergencias sanitarias, incendios, rescates o salvamento marítimo, “todas ellas operaciones tremendamente complicadas” que requieren personal especializado, medios técnicos y aparatos con una configuración específica en función de su uso concreto.
En cuanto al transporte de viajeros, señaló que está “limitado” por la reglamentación, por ejemplo a la hora de acceder a grandes aeropuertos y de volar sobre ciudades. Así, en toda España existen solo doce empresas que realicen este tipo de actividad.
No obstante, Inaer se convirtió en 1996 en la primera empresa que tuvo una línea regular de transportes, entre Ceuta y Málaga, a la que en 2010 se sumó otra entre Ceuta y Algeciras que cerró posteriormente y que ahora se baraja recuperar. El problema de estos servicios es su elevado coste, según reconoció Navarro, quien puso como ejemplo los 40.000 euros al año de la conexión Ceuta-Málaga.
Otros trabajos que realiza el sector son filmaciones o transportes, al igual que vigilancia pesquera o de aduanas y asistencia a plataformas petrolíferas o de gas para el desplazamiento de sus trabajadores.