Los materiales compuestos son el futuro de la industria aeroespacial debido a su combinación de gran fuerza, durabilidad y poco peso. Por más de 30 años, Airbus ha sido pionera en el uso de dichos materiales en jets comerciales, desde el clásico estabilizador vertical del A310, al moderno A350 XWB. Este último tiene hasta un 50% de su estructura construida así.
En esencia, un material compuesto está formado por dos o más materiales con diferentes propiedades físicas y químicas. Cuando se combinan, el material compuesto se beneficia de las características físicas de una forma distinta y mejor a lo que el componente individual podría lograr. Un par de ejemplos de estos materiales de uso común son la madera contrachapada y el concreto reforzado.
De la nariz a la cola, Airbus utiliza compuestos avanzados en la producción de sus jets. Uno de los materiales más conocidos es el plástico reforzado con fibra de carbón (o CFRP), el cual ofrece un mejor ratio de fuerza contra peso que los metales y tiene una menor sensibilidad a la fatiga y corrosión. En general, es más ligero que el aluminio, más fuerte que el acero y más resistente a la corrosión que ambos.
Como todos los compuestos, la fuerza del CFRP proviene de la mezcla de distintos materiales. Por sí solos, ni las fibras de carbón ni las resinas serían suficientes para crear un producto con las características deseadas para integrar una aeronave. Pero una vez que se combinan en múltiples capas y se mezclan, los componentes CFRP son ideales para su uso en la aviación.
Los compuestos alcanzan nuevas alturas con el A350 XWB
La aplicación del CFRP en el A350 XWB alcanzó nuevos niveles. Por ejemplo, la mayor parte del ala de esta aeronave está hecha con compuestos de carbón ultra ligero, incluyendo las coberturas superiores e inferiores. Estas partes están entre las más grandes que se han hecho de fibra de carbono para un avión, pues miden 32 metros de largo por seis metros de ancho.
Con el CFRP, no solamente la aeronave se vuelve más duradera y fuerte, sino que reduce el peso, lo que permite llevar a más pasajeros, consumir menos combustible y volar más lejos.
Aunque inicialmente este material es más caro que las partes tradicionales de metal, los componentes CFRP pueden ayudar a las aerolíneas y operadores de aeronaves a ahorrar mucho dinero en costos futuros de mantenimiento, dado que este material no se oxida o corroe. Un A350 XWB, por ejemplo, requiere 50% menos de tareas de mantenimiento de la estructura y los chequeos generales de la aeronave están en 12 años, en comparación con los ocho de un A380.