A Air Nostrum comienzan a salirle las cuentas. Después de tres ejercicios consecutivos de pérdidas, un severo ajuste de su estructura y costes y una ampliación de capital que ha dado un vuelco a su estructura accionarial, la aerolínea valenciana volverá a ganar dinero en 2014. Según su consejero delegado, Carlos Bertomeu, será un año antes de lo previsto, ya que en sus cálculos no entraba volver a números negros hasta 2015. «La buena noticia es que por primera vez en 60 meses, los números se parecen mucho a lo diseñado», resumió.
Ayer todo eran buenas noticias para Air Nostrum. La aerolínea franquiciada de Iberia para vuelos regionales conmemoraba el veinte aniversario de su primer vuelo. El YW 251 despegó desde Valencia a las siete de la mañana del 15 de diciembre de 1994 con 16 pasajeros a bordo con destino a Bilbao. A este le siguieron otros 2 millones de vuelos, 68 millones de pasajeros y más de mil millones de kilómetros recorridos a lo largo de dos décadas.
«Hay pocas compañías aéreas de nueva creación que lleguen a veinte años», reflexionaba ayer Bertomeu, quien desde este año ocupa también la presidencia tras convertirse en accionista mayoritario. Según explicó, desde la liberalización de la aviación comercial, el 80% de las aerolíneas que han ido surgiendo en Europa no han logrado sobrevivir más allá de los cinco años.
Air Nostrum también ha vivido su particular travesía por el desierto desde 2009, periodo que Bertomeu dio ayer por terminado con la constatación de que ya se ha tocado suelo para iniciar una suave recuperación. De hecho, la firma volverá a ser rentable desde este mismo año, un ejercicio para el que sus aspiraciones se limitaban a recuperar el equilibrio. «Vamos a acabar 2014 con un ligero beneficio contable, lo cual es una excelente noticia y un buen síntoma teniendo en cuenta de dónde venimos», admitía ayer el primer ejecutivo.
En los últimos tres ejercicios, la compañía ha acumulado unas pérdidas de 63 millones de euros, provocadas por su excesivo tamaño respecto al nuevo mercado surgido con la crisis y elevados costes unitarios.
A finales de 2012 presentó un plan de reestructuración, el definitivo, con el que abandonó rutas en pérdidas, redujo costes laborales con recortes salariales y un ERE temporal y reestructuró su flota para operar con menos aviones, pero más grandes. Según explicó ayer Bertomeu, la aerolínea ya está equilibrada en costes y ha aprendido a hacerse pequeña, pero rentable. «Tenemos el tamaño que el mercado requiere ahora», resumió.
Aunque eludió dar cifras concretas sobre el cierre del ejercicio, la previsión es que la nueva Air Nostrum se mueva en una horquilla de ingresos de entre 300 y 350 millones de euros, muy por debajo de los 682 que facturó en 2008.
Junto a un avión que lucía una librea conmemorativa del veinte aniversario, el consejero delegado de Air Nostrum explicó que la razón fundamental de la vuelta a beneficios es el aumento del ingreso medio por pasajero, que desde abril ha crecido entre un 0,5 y un 1% en tasa interanual gracias a la evolución del pasajero de negocios. Bertomeu destacó que este hecho es un indicador que avanza la recuperación económica, pero descartó que el ingreso medio por asiento pueda volver a los niveles previos a la crisis.
El otro factor que incide en la mejora de las previsiones es la evolución del precio del carburante. Del mismo modo que la subida del crudo fue determinante para el incremento de costes de la compañía -el precio del keroseno se duplicó entre 2003 y 2007- la reciente bajada tendrá un impacto positivo sobre sus cuentas a partir de 2015. «Si la tendencia se mantiene, nuestro beneficio será mayor del presupuestado», vaticinó Bertomeu.
El efecto, no obstante, será moderado porque se compensa con la apreciación del dólar respecto al euro y por el hecho de que la bajada del crudo se percibirá en la parte de costes de combustible que la compañía no tiene cubierta a futuro, algo más del 50%.