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Air Nostrum pone en marcha un centro de mantenimiento aéreo en América Latina

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Los socios de la compañía aérea valenciana Air Nostrum han decidido seguir desarrollado la internacionalización de sus inversiones con la puesta en marcha de Air Nostrum Technics América (ANTA). Con sede en Paraguay, la nueva compañía prestará servicios de mantenimiento mayor y reposición de piezas de aviones de las firmas Bombardier y de ATR y CASA Airbus que operan en Paraguay, Argentina y Bolivia.

Los primeros modelos que atenderá serán los CRJ 200, CRJ 700, CRJ 900 y CRJ 1.000 de Bombardier, pero en breve lo hará con el del resto de operadores previstos. La inversión la han realizado los propietarios de Air Nostrum al margen de la mercantil, utilizando concretamente la sociedad Ilau, aunque la medida no ha ido acompañada de un desembolso económico.

Fuentes de la compañía señalan que la aportación valenciana, situada en el 50% del accionariado, no ha sido en dinero, sino por medio de la valoración de la aportación que se va a realizar a través de cursos de formación de pilotos y tripulantes, servicios de consultoría o la experiencia en el propio mantenimiento de estas unidades que se han retirado de Europa y actualmente se utilizan América del Sur.

El próximo 28 de cotubre está previsto que disponga de los permisos para el inicio de operaciones

El próximo 28 de octubre está previsto que la compañía reciba los últimos permisos de las autoridades de aviación civil de Paraguay, DINAC, y que empiece a operar. Hasta ahora, Bombardier y Airbus sólo contaban con centros de estas características en norte América, lo que obligaba a trasladar los aviones largas distancias para realizar estas operaciones que ahora se prestarán en Paraguay.

Una ventaja competitiva de los equipos de Air Nostrum con estas unidades está en que son las mismas con las que contaba hasta hace unos años, pero que ahora se han revendido a compañías que operan en países de África y Sudamérica. De hecho, la estrategia acompaña a la de Amaszonas Paraguay, una sociedad participada por los actuales accionistas mayoritarios de Air Nostrum y los de Amaszonas Bolivia junto con algunos socios del propio Paraguay.

La aportación sustancial de Air Nostrum en este caso es la de prestar servicios y buscar los aviones que necesita, del modelo CRJ-200. También diseñan los servicios de mantenimiento, así como los de asesoramiento general en todas las áreas. El vuelo inaugural de la nueva aerolínea se produjo el 9 de septiembre y el lunes 23 de ese mes se realizó el primer vuelo comercial, según explican fuentes de la compañía. A este primer avión se unirá una segunda unidad antes de fin de año. La gestión de los aviones CRJ-200 se ha convertido específicamente en una línea de negocio de la compañía, que también está colaborando con la empresa argentina SOL en su estrategia de cambio de flota, pasando de los actuales Saab340 a operar con los ya conocidos CRJ-200.

La diversificación busca fortalecer a la compañía frente a las crisis cíclicas que sufre la aeronáutica

La decisión estratégica de abrir nuevos mercados se estableció tras la crisis que casi lleva a la compañía al cierre hace cinco años y que terminó por poner al frente de la propiedad al que hasta ese momento era el primer ejecutivo, Carlos Bertomeu, en 2014, con el apoyo económico de Antonio Pellicer y José Remohí, propietarios del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI).

Diversificando el riesgo, realizando distintas actividades y estableciendo en diferentes países, se quiere poder afrontar la próxima crisis cíclica de la aeronáutica en mejores condiciones. En todo caso, el balance ha sido positivo, en opinión de la empresa, ya que una de cada tres aerolíneas comerciales europeas han cerrado en la última embestida sufrida por el sector. La caída de la demanda y el incremento del precio de los carburantes han sido los dos maderos de la cruz con la que el sector ha cargado desde 2008 y que hoy se dan por superados.

En todo caso, esta labor de internacionalización no es fácil, como demuestra el hecho de que la compañía no consiguió ser la elegida para constituir en Arabia Saudí una nueva empresa con socios locales para la instalación de un centro de mantenimiento para aviones de la región. Aunque fue una de las dos finalistas, una compañía francesa fue quien obtuvo el contrato.

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